Esta marcha no tiene fin, en casa con los 30 mil y una humanidad sufriente, resistimos.
Una conmemoración diferente. Aislada, encerrada, resguardada. Una memoria activa, pero en casa. Inusual pero presente. Mañana las casas se vestirán con pañuelos blancos con memoria, verdad y justicia. Un reclamo que no descansa y no mata ni la pandemia que congeló nuestras rutinas.
No fueron inconductas, fue genocidio.
Ni olvido, ni perdón, ni reconciliación
Este año, con la contingencia de la pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud, resolvimos cuidarnos, cuidarles y respetar las indicaciones médicas preventivas.
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