El aporte de las neurociencias al desarrollo del deporte y la actividad física fue el tema de la Jornada de Neurociencias, Salud y Deporte que se realizó este viernes en el aula Magna de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) organizada por el ministerio de Deportes.
Los disertantes fueron la doctora Miriam Vicente junto al profesor y doctor Alfredo Hernández, director de la carrera de diplomatura de deporte y neurociencias en el deporte de la Universidad Favaloro y médico de la Unión Argentina de Rugby. También expuso el profesor, Franco Paredes Reyes.
Al respecto, Miriam Vicente señaló que “la neurociencia que habla del deporte se centra en investigar cómo la actividad física y el deporte afectan el cerebro y cómo, a su vez, este influye en el rendimiento físico. Es decir, cómo el cuerpo se comporta y responde ante determinados estímulos”.
Destacó que “la neurociencia trabaja mucho en la toma de decisiones. Por ejemplo, hay todo un campo en lo que es la osteometría que es el estudio que tiene que ver con la visión. Si un deportista puede linkear esa función que es del cerebro con su talento y capacidad física es ahí donde puede generar espacios de crecimiento”.
Además, puntualizó que “el deportista hoy necesita más calidad que cantidad a diferencia de otros tiempos en que se requería mucho volumen de entrenamientos y esto surge a partir de un montón de estudios de estas características”.
Agregó que “también, desde el ámbito de la discapacidad y la rehabilitación, la neurociencia alterna un rol fundamental porque ayuda a identificar la causa de acuerdo al origen de la discapacidad y contribuye también al desarrollo de tecnologías de asistencias sean estas interfaces como puede ser, trabajar a través de un robot o una computadora, para que la persona pueda mover una mano”.
Vicente afirmó que “son cosas que ayudan mucho a la calidad de vida y también sirven para abordar otros aspectos en lo cognitivo y en lo emocional con lo cual, el campo de aplicación es enorme”.
Si bien la neurociencia es un concepto de estos tiempos, sus herramientas se vienen aplicando desde hace bastantes años.
“Los profesores de educación física en los niveles iniciales cuando le enseñan a un chico a moverse dentro de un espacio, a saltar conitos, le ponen una colchoneta o un arito, ya le están dando herramientas de las neurociencias para que se desarrolle físicamente ya que los están estimulando con cosas que tienen que ver con la visión, con el movimiento, con la anticipación al movimiento o, con la memoria de haberlo hecho en otro tiempo”, describió.
“Si empezamos a trabajar alimentando estos estímulos desde chicos seguramente la persona va a tener un mejor desarrollo físico. Y en este punto no solo me refiero a la formación de deportistas de élite, sino a la propia actividad física como parte de la vida diaria”, aseveró la disertante.
Explicó que “el cerebro de una persona en toda su evolución aplica a la actividad física, sea una persona con alzheimer, parkinson o que haya sufrido una ACV (accidente cerebrovascular). El tema es cómo aprovechar al máximo la actividad física en un paciente que se está recuperando”.
Hoy las neurociencias se aplican en todos los campos y cada vez más en el deporte. “Lo vemos en el manejo de la visión, de la fatiga” comentó entre algunos de los aspectos, Vicente.
Por último, concluyó que “todos los episodios anímicos tienen traducción y se asocian a la práctica deportiva. Muchas veces ocurre que un deportista está distraído, desmotivado y eso puede generar un boicot a su propio rendimiento. En esos casos hay que encontrar herramientas para contrarrestar estas influencias negativas. Por eso es importante que las neurociencias cognitivas puedan ayudar a corregir estas situaciones porque tienen que ver con el conocimiento y las emociones. La clave es encontrar herramientas para aprender de otra manera más allá de la forma tradicional”.