En la tarde del domingo estuvo junto a Baldemar «Balcho» Sepúlveda, propietario de los lotes en donde se construye la represa. A la familia Sepúlveda la despojaron de sus tierras mas cercanas al río Nahueve y ahora se las entregaron a otras personas, entre ellas a dirigentes políticos de la zona.
Además, estuvo presente el guardafauna Gerardo Benavídez, que denunció la situación del cardumen de truchas que no puede subir río arriba a desovar porque la empresa Rovella Carranza, encargada de la obra de la represa, no construyó la escala de peces, tal como estaba en el proyecto.
«La represa que se construye sobre el río Nahueve por ahora no tiene ningún impacto positivo para los pobladores de la zona. Aún no está solucionado el reclamo territorial de la familia Sepúlveda, a quienes les robaron sus tierras sobre el río y ahora se suma el impacto negativo sobre las truchas que no pueden desovar porque la empresa se olvidó de construir una escala. Aún tampoco hay reforestación de la vegetación nativa» afirmó Soledad Salaburu y agregó: «no se entiende semejante impacto en la naturaleza y más bien parece un negocio para algunos».
De la recorrida por el lugar también participó en la concejala de Andacollo Sabrina Rodríguez y las y los integrantes de las Asambleas del Agua del Norte Neuquino.